
Su primera novela de madurez, Hijos y amantes (1913), describe en gran medida su propia juventud, al tiempo que refleja su preocupación por los efectos de la naciente sociedad industrial. En 1915 publicó El arco iris, prohibido por la censura de su país, con la que tuvo serias dificultades durante la Primera Guerra Mundial, lo cual le obligó a marcharse y a viajar de una parte a otra al término de ésta.
En Italia escribió La vara de Aarón (1922) y empezó la redacción de un volumen de crítica literaria, Estudios sobre literatura clásica americana, que publicó en 1923. Antes de partir hacia Australia encontró editor para una serie de relatos agrupados bajo el título Mujeres enamoradas, que había empezado a escribir en 1921.
En Australia escribió Canguro (1923) y más tarde se trasladó a México, que le inspiró La serpiente emplumada (1926), y por último regresó a Florencia, para escribir El amante de Lady Chatterley (1928), su obra más celebrada y de mayor rigor literario, que influyó, entre otros, en Henry Miller. Murió de tuberculosis en Francia, pero fue inhumado por deseo expreso en Nuevo México.