jueves, 24 de noviembre de 2011

Esther entrevista a Enrique


Esther García Martín, miembro de nuestro Club de Lectura, entrevista a Enrique Galindo.
Enrique Galindo busca que la poesía y las emociones inunden su escritura.

Toledo, 19 nov (EFE).

El escritor castellano-manchego Enrique Galindo, reciente ganador del premio de relato corto "Gabriel Miró", no quiere hacer una literatura "de consumo"; prefiere que la poesía impregne su escritura y que haga despertar las emociones. Galindo, nacido en Villarrobledo (Albacete) pero vecino de la localidad toledana de Cobisa, comenta en una entrevista con la Agencia Efe su sorpresa al conocer que había ganado ese premio, "uno de los grandes" con los que "siempre sueñas", dice. Explica con orgullo que el premio de cuentos "Gabriel Miró" que convoca desde 1955 la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), dotado con 6.000 euros, lo han ganado grandes nombres como Francisco Umbral, Blanca Andreu o Félix Grande; y que con su título, "Barrer la carretera", ha destacado entre los 2.758 relatos presentados de 52 países. Es el galardón "más antiguo y codiciado dentro del 'mundillo", asegura Galindo que, además de relatos, escribe poemas y ya va por el tercer volumen, aunque de momento sólo uno ha salido a la luz con el título "Ángeles al doblar la esquina"; y tiene su primera novela en fase de corrección para que pueda ser publicada la próxima primavera. Se trata de una obra con tintes de novela negra y un aire poético, en la que, en dos escenarios, Toledo y Santiago de Compostela, se narra la historia de una joven, hija de un bodeguero que la maltrata, que trata de averiguar la verdad sobre la desaparición de su novio al tiempo que lucha por mantener su propia identidad dentro de la familia. Un "poso" se encuentra en buena parte de su obra: el vino. Y Galindo explica el porqué: "forma parte de nuestra tradición", de hecho, recuerda que él nació en un pueblo de vinos como es Villarrobledo, pero además, degustar el vino tiene mucho que ver con la sensación de "aquí y ahora", con disfrutar el momento. Requiere de una ceremonia, como la del te en oriente, de ahí que su tercer libro de poesía intercale un haiku y un poema, pero todos con un tema común: el vino. Y esto, dice el psicólogo Galindo, tiene un trasfondo filosófico, porque son poemas cortos que transmiten la sensación de aquí y ahora que caracteriza el poema japonés, y con la que también conecta la psicología humanista que busca la felicidad y el momento presente. "Eso tiene la ventaja de no comernos el coco con el porvenir (...) y con esos pensamientos que nos amargan la vida", aduce. Enrique Galindo comenta que le gusta utilizar un estilo metafórico, con una gramática y una sintaxis cuidadas; huye de la mera narración de acontecimientos en un lenguaje llano que caracteriza el "best seller" cuyo fin es vender. "Prefiero primar la calidad. Reduce el margen editorial, las posibilidades de publicar porque las editoriales quieren novelas con las que vender muchos ejemplares y ganar mucho dinero", confiesa el autor castellano-manchego, quien trata de que su obra no sea localista, que trascienda la región. Aunque dice que a la hora de escribir no se mira en ningún autor, tiene tres que son sus preferidos: Saramago, por sus historias tan originales; José Carlos Somoza, que conjuga varios estilos, con parte de thriller y lenguaje poético; y Ray Bradbury, un autor de ciencia ficción que también utiliza el lenguaje poético a la hora de narrar obras "tan magistrales" como Farenherit 451, destaca. "Armado" siempre adonde quiera que vaya con una "libretita" donde anota ideas o esbozos -Galindo también es pintor-, este miembro fundador del grupo literario Arrendajos de Toledo da las claves para escribir una buena novela: intriga, una idea original, que despierte emociones, con un final alejado de los tópicos y que deje un regusto como el buen vino.
EFE egm (foto)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Enrique poeta













Título - Angeles al doblar la esquina.

Un poema - La existencia de los Ángeles.
A Isaura.

Hoy he descubierto algo:
los Ángeles existen,
y tienen el pelo negro.
Y son dulces.

De olor a sal.



Enrique pintor

Exposición virtual

martes, 8 de noviembre de 2011

Relatos

Barrer la carretera
Es una alegoría intensa de la vida y de las renuncias a las que nos vemos obligados. Se adentra en el universo de las desgracias personales y de la imposibilidad de ser feliz. Enrique Galindo presenta en su historia a una mujer perdida en su tristeza, resignada a aceptar su lamentable destino, y a callar los dolores que solo el corazón soporta. Partiendo de una metáfora bella y atractiva, el relato ganador se adentra en los sentimientos y en la realidad más oscura de la España rural, donde priman los prejuicios y las apariencias, y que se convierten en grilletes que impiden avanzar hacia la felicidad. El final, trágico e inesperado, se torna, sin embargo, en una liberación para la protagonista.

Mater feminus - Fragmento.
Trajeron al niño los familiares. A la madre la tuvieron que arrastrar y dejó jirones de sus ropas entre barro y piedras. Cuatro de los ayudantes, además del comisario, fueron necesarios para hacer presentes a los reos ante la defensa de la fe que Nos representamos. El niño, ese demonio viviente, fue porteado por los pies por uno de los guardias, mientras que otros dos sujetaban los brazos. La cabeza colgaba oscilante, flagelando el aire y a los agentes. La madre aullaba como perra, parca en fuerzas. Tenía la tez rojiza, tal vez debida al calor que promueve el trato con seres infernales, causa de su presencia ante este alto Tribunal.La mujer quedó derrotada en el suelo cuando la soltaron. Los familiares se amasaron los brazos, necesitados de recobrar la sangre dormida en el esfuerzo, pero no se retiraron, prestos al amarre si fuera preciso. Con la criatura solo se pudo tumbarlo en las piedras frías, sin soltarle los miembros y con la cabeza presa por dos guardias. Esperamos todos con la tensión sobre la frente hasta que el cansancio dio lugar al lamento y los gritos se apaciguaron; al menos los de los presos, no así los jadeos de los guardianes que esa jornada si se ganaron el salario.

La conferencia de la Muerte - Fragmento.
El exclusivo Club de los Siete Sietes se hizo un nombre en la sociedad política y librepensadora del momento a base de actividades inusuales, a la misma vez que elitistas, poniendo en relieve los más candentes temas y controversias de la civilización: religión, conflicto étnico, holocausto, aborto, homosexualidad…. Para ello invitaba a los mejores y más exclusivos conferenciantes: artistas de la palabra y el pensamiento, a las más variadas e inusitadas charlas o mesas redondas. Don Genaro fundó la entidad con la complicidad y apoyo del gobierno central y una entidad bancaria estratégicamente elegida.La expectación subió al más alto nivel al conmemorar su séptimo aniversario y anunciar su conferencia estrella, que llevaría por título «Disertaciones sobre la Muerte». El conferenciante invitado sería su apuesta más arriesgada: La Muerte.

Chocolate - Fragmento
Ni lo soñé me desperté transformado. Más bien fue algo progresivo, lento y embaucador. Lo que no recuerdo es cuando comenzó aquel sabor -exquisito, por cierto-, a hacerse presente, a avanzar como primera línea de ejército napoleónico hasta conquistarlo todo.
El precio que tuve que abonar por la invasión fue peor: la pérdida de sabores, de instantes y riquezas paladeando la vida, de anhelos esperados en forma de manjares, desde un plátano hasta un beso, pasando por el instante sublime del vino en los labios y el juego de relames que deja una tarta de fresa y nata.

Encuentro con autor

Premio "Gabriel Miró"
Enrique Galindo Bonilla, de Villarrobledo, y vecino de Cobisa (Toledo), componente y fundador del Grupo Literario Arrendajos de Toledo, ha sido el vencedor del premio de cuentos «Gabriel Miró», que convoca desde el año 1955 la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y que está dotado con 6.000 euros para el ganador. El Grupo Literario Arrendajos, en nota de prensa, ha querido mostrar públicamente su «satisfacción y orgullo» por contar entre sus miembros con Enrique Galindo, y ha destacado que, entre otros, el Gabriel Miró ha aportado a la literatura nombres de la talla de Francisco Umbral, Félix Grande o Blanca Andreu, y del que ha sido finalista en el año 1996 la conocida novelista Matilde Asensi.El relato ganador del Premio «Gabriel Miró», instaurado en el año 1955 para conmemorar el 25 aniversario de la muerte del artista, se presentó al concurso bajo el título «Barrer la carretera» ha sido reconocido por su calidad y argumento, de entre los 2.758 relatos presentados procedentes de 52 países.